TIEMPOS OSCUROS
Cuando la esperanza escasea, el corazón comienza a agitarse, la falta de aire oprime el pecho, y la tristeza plancha la solapa del único abrigo que tenemos a mano. Los nubarrones grises de la desazón agitan el cielo, y las decisiones asfixiadas entre dos paredes no logran tomar el timón del barco.
"Vivimos en tiempos oscuros, donde las peores personas han perdido el miedo y las mejores han perdido la esperanza" así lo expresa Hannah Arendt. Si bien el miedo puede ser un mal hilo conductor, es el que nos posibilita a pensar, a reflexionar, a meditar qué hacer y qué no, sin embargo, cuando ya poco importa el otro ni las consecuencias de cualquiera de nuestras acciones, las esperanzas comienzan a deslizarse por la banquina.
Los tiempos oscuros se pueden combatir con reflexión, pienso y esfuerzo, con la luz del trabajo y la voluntad, con las ganas puestas al servicio de no darse por vencidos, y con el corazón latiendo a ritmo de nosotros.
Para que haya luz también debe haber oscuridad, para que haya un mañana debe haber un presente en el que haya compromiso, solidaridad y empatía, en donde el otro forme parte del nosotros, para que los primeros rayos iluminen a quienes realmente han tocado fondo.
Quizás si encontramos ese rayo de posibilidad, de esperanza en un futuro mejor, probablemente ese tiempo oscuro se desvanezca hasta que la aurora prometa un nuevo latido para la Humanidad.
Andrea Calvete